El maravilloso mundo de la traducción y la interpretación sigue siendo un desconocido para muchísima gente, a pesar de que es una carrera universitaria que fue implantada en España en la década de los 70. Fue la Universidad Autónoma de Barcelona la pionera en 1972, seguida de la Universidad de Granada siete años más tarde. Hoy día, estas dos universidades son de las más prestigiosas en cuanto a estudios de traducción e interpretación se refiere.
Sin embargo, no quiero aburriros con datos históricos. Hoy me gustaría hablar de la rama tal vez más desconocida de estos estudios: la Interpretación. La traducción oral o hablada (en contraposición a la escrita) se denomina interpretación y, dado su nombre, somos muchos los que hemos experimentado eso de:
– Estudio traducción e interpretación.
– Ah, ¿quieres ser actriz?
(Y para muestra, este vídeo.)
A su vez, la interpretación se divide en varias modalidades en función del tipo de servicio que se requiera. No obstante, independientemente de la modalidad requerida, los profesionales de la interpretación deben tener un dominio excepcional de los dos (o tres o los que sean) idiomas con los que trabajan, así como un gran bagaje cultural y mucha capacidad de improvisación y buen temple. En muchos casos, quien se dedica a la interpretación se dedica exclusivamente a ella, igual que quien se dedica a la traducción difícilmente se atreverá a interpretar. Son disciplinas muy diferentes pero con una cosa en común: el amor por los idiomas.
Dicho esto, os hablaré brevemente de los tipos de interpretación más importantes con los que nos solemos encontrar:
Interpretación jurada: En esta modalidad, el intérprete debe estar en posesión del título de intérprete jurado expedido por el Ministerio de Asuntos Exteriores. El uso más extendido de esta modalidad son los juicios en los que alguna de las partes implicadas no habla el idioma del país en el que se celebra el juicio. También se recurre a estos profesionales para actos notariales, bodas civiles, firmas de contratos, etc., cuando se considere necesario para una comprensión plena del acto oficial en cuestión.
Interpretación consecutiva: Esta modalidad suele emplearse en reuniones de pocos participantes, entrevistas, negociaciones diplomáticas, etc. En ella, el intérprete se sitúa junto a los participantes, quienes normalmente hablarán diferentes idiomas (dos o tres como mucho) y va tomando nota del discurso de uno para luego reproducirlo verbalmente en el idioma del otro (u otros). Después, lo hará a la inversa. En este caso, se pide a los participantes que hagan pausas durante su discurso para que el intérprete pueda intervenir, aunque es cierto que a veces el orador no se da cuenta y habla largo y tendido… Por tanto, el intérprete debe tener una gran capacidad de síntesis a la hora de tomar sus notas y, sobre todo, muy buena memoria.
Interpretación simultánea: Esta modalidad se emplea en conferencias, seminarios, reuniones con un gran número de participantes y, normalmente, varios idiomas diferentes. En este caso, los intérpretes se sitúan en cabinas insonorizadas, provistas de sistemas de audio y voz, que suelen estar de espaldas al público y frente a los oradores. El público tendrá unos auriculares en los que podrá seleccionar su idioma y, a través de ellos, escuchará cómo el intérprete reproduce de forma simultánea el discurso del orador. Dada la “inmediatez” de esta modalidad, se requiere una agilidad mental impresionante. Además, los intérpretes simultáneos trabajan en pareja, haciendo turnos de media hora, para evitar la acumulación de cansancio, que podría reducir la coherencia y el rendimiento.
Interpretación susurrada o chuchotage: Esta modalidad es similar a la simultánea, pero limitada a un máximo de dos participantes. En ella, el intérprete susurra al oído del oyente lo que va diciendo el otro participante de forma simultánea. Este tipo de interpretación se usa para visitas a instalaciones de todo tipo como fábricas, ferias, etc. También se utiliza cuando sólo una o dos personas en una conferencia hablan en otro idioma, para que entiendan el resto de las intervenciones. Si la intervención dura más de una hora, se suelen usar dos intérpretes.
Así pues, la figura del intérprete de idiomas, como podéis imaginar, está presente en un sinfín de situaciones cotidianas, y en Alfa Uno te ayudamos a organizar tus eventos ofreciéndote a los mejores. Ahora que tienes clara la diferencia, dinos, ¿qué tipo de intérprete necesitas?