Se acerca San Valentín, esa fecha que algunos tachan de creación de El Corte Inglés para consumir más, pero que otros siguen celebrando con ilusión… San Valentín, ¡el día del amor!
Y es cierto que el amor hay que celebrarlo día a día, pero actualmente todo tiene su día propio: el día de la madre, del padre, del niño, incluso de Internet, pues, ¿por qué no? Que el amor tenga también su propio día, no viene mal para recordarnos que hay que cuidar a los que queremos. Y como sabéis que en Alfa Uno somos muy curiosos y nos gusta enterarnos de dónde vienen las cosas, vamos a hablar de cómo empezó a celebrarse este día y por qué se eligió esa fecha (aunque hay varias teorías, como siempre).
El 14 de febrero se celebra la onomástica de San Valentín. Valentín era un sacerdote del Imperio Romano que, ante la prohibición en el siglo III por el emperador Claudio II de celebrar matrimonios entre jóvenes enamorados, se decidió a celebrar estos matrimonios en secreto, pues consideraba muy injusta esta prohibición. Claudio II no quería que los jóvenes se casaran y tuvieran familia, para que pudieran ser mejores soldados, y cuando se enteró de lo que estaba haciendo el sacerdote lo encarceló y ordenó su ejecución el día 14 de febrero del año 270…
Pero la fama “consumista” de esta celebración llegó mucho más tarde, de manos de la norteamericana Esther A. Howland, quien se considera la precursora de la venta de tarjetas con motivos románticos y dibujos de enamorados (conocidas como Valentines) que ideó y realizó en el año 1840. Empezó vendiendo estas tarjetas por unos centavos en la librería que regentaba su padre en Worcester (Massachusetts) y se convirtieron en todo un éxito, pues hasta la fecha aún se siguen regalando.
Así que, prejuicios consumistas aparte, tratemos de recordar que el amor mueve montañas, no sólo el amor romántico como tal, sino el amor a nuestros amigos, a nuestra familia, a nuestra profesión… ¡Celebremos el 14 de febrero el amor a la vida!
Happy Valentine’s Day!!